Alivio de los síntomas

• Para aliviar síntomas leves, pruebe tomar aspirina, ibuprofeno u otro medicamento según le indiquen. Frotar hielo en la zona afectada también podría ayudar.

• Para reducir el dolor intenso y la inflamación, su proveedor de atención médica puede recetarle pastillas o inyecciones. En algunos casos, es posible que necesite una férula para caminar. También podrían recomendarle un tipo de fisioterapia, como el ultrasonido o un programa de ejercicios diarios de estiramiento. Es raro que se necesite cirugía.

• Para aliviar los síntomas causados por una mala mecánica del pie, tal vez le coloquen un vendaje de cintas. Esto le da apoyo al arco y controla los movimientos temporalmente. Las férulas nocturnas también pueden ayudar a estirar la fascia.

Control del movimiento

Si las cintas ayudan, su proveedor de atención médica podría recetarle ortesis. Estas son plantillas que se elaboran a partir de un molde de yeso de los pies. Las ortesis controlan la forma en que se mueve el pie. En consecuencia, sus síntomas podrían desaparecer.

Reducción del uso excesivo

Cada vez que el pie golpea el suelo, la fascia plantar se estira. Para reducir el esfuerzo de la fascia plantar y la posibilidad de usarla de forma excesiva, siga estos consejos:

• Adelgace si tiene sobrepeso.

• No corra sobre superficies duras o irregulares.

• Si se lo recomiendan, use ortesis, calzado con buen soporte o almohadillas de talón en los zapatos y en las pantuflas.

Si se requiere una cirugía

Su proveedor de atención médica puede considerar hacerle una cirugía si otros tipos de tratamiento no controlan su dolor. Durante la cirugía, pueden cortarle parcialmente la fascia plantar para aliviar la tensión. Durante la cicatrización, el espacio entre el hueso del talón y la fascia plantar se rellena de tejido fibroso.